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La construcción del viaducto elevado de la ciudad de Puebla responde a la necesidad de mejorar el tránsito en la capital. Debido al crecimiento urbano, se presentan graves congestionamientos que representan costos elevados para la sociedad poblana y serios contratiempos para el tránsito de largo itinerario.
El viaducto tendrá dos carriles en cada sentido y esta diseñada para cargas T3-S2-R4 (doble remolque). Iniciara en el kilómetro 115+0 y terminara en el 128+300, en la zona metropolitana de Puebla; tendrá una velocidad de diseño de 110km/h con excepción de la zona de curvas del atirantado y los accesos.
El segundo piso (tramo Outlet-estadio Cuauhtémoc) tardara en construirse 24 meses, con materiales en su mayoría prefabricados para acelerar los trabajos e intentar de reducir las molestias durante la construcción.
Con el esquema de inversión privada y el pari passu entre federación y estado, la megaobra implica una inversión de 10 mil millones de pesos; su preparación requirió trabajar en un complejo entramado de aportaciones financieras, en el cual el 50% corresponde al sector privado y la otra mitad a un fideicomiso en donde se concentrarán los recursos federales y estatales.
Además, el segundo piso también significó un alto grado de complejidad en términos jurídicos, ya que en esta vía de comunicación confluyen diferentes dependencias e instancias como Banobras, Capufe y la SCT, con las cuales se tuvo estrecha coordinación para elaborar el proyecto ejecutivo.
El titular de la SCT señaló que este proyecto forma parte del compromiso número 40 del gobierno de la República. También dijo que para lograr el objetivo de México se convierta en una plataforma logística mundial, durante la actual administración se construirán 45 autopistas que reforzaran la red nacional.
Fuente: Revista Mexicana de la construcción Número 614, Enero-Febrero 2015 |